Un deporte caballeroso, muy físico y sobre todo, para hombres fuertes y competitivos. Un deporte en el que se gane o se pierda, el respeto y el compañerismo resaltan sobre todas las cosas. Un deporte que intenta año tras año abrirse puertas frente a deportes que siguen teniendo una gran relevancia como son: el fútbol y el baloncesto.
La selección española ha perdido la final, pero ha dejado otra vez patente el orgullo y la ilusión de unos jugadores que no se cansan nunca de hacer sonreír a un país entero. Una selección que se ha acostumbrado a llegar a los últimos torneos internacionales con la imagen de favorita, y que siempre ha demostrado porque se la caracteriza con ese rol. Estos jugadores nunca van a dejar de luchar y jamás van a bajar los brazos, ellos mismos saben que pronto alcanzarán la gloria.
Mientras tanto, se contentan con saber que han llegado a una final y sobre todo, lo difícil que ha sido el camino para llegar hasta ahí. Es cierto, eso de que "las finales no se juegan, se ganan", pero a veces ser derrotados y de una manera justa, también vale. ¿Y por qué vale?, porque Alemania ha sabido leer mejor el partido y la suerte siempre les ha sonreído. Porque aunque hayan caído en la final, todo el mundo sabe el respeto que se merece esta generación de jugadores y los momentos tan vibrantes que nos han hecho pasar partido a partido hasta la final. Porque nunca han bajado los brazos ni han visto que fuera imposible derrotar a una selección alemana muy fuerte físicamente. Porque esta selección si se caracteriza por algo, es por su entrega y coraje. Prueba de ello, es el reflejo de esos partidos que han ganado cuando nadie daba un duro por ellos.
La selección alemana ha sido justa vencedora y se merece ser campeona. Ha luchado tanto como la selección española por la conquista de ese oro, y se ha acabado llevando un partido en el cual siempre ha ido por delante en el marcador. Esta vez, ellos han saboreado la gloria en el pabellón de Polonia y han hecho sentirse orgulloso a su país. Hay que decir, que los españoles también estamos orgullosos y que nunca dejaremos de creer en nuestra selección y en un bonito deporte como el balonmano.
El próximo objetivo de los jugadores españoles es conseguir una plaza en los Juegos Olímpicos de este año 2016. Estoy seguro de que lo darán todo y que al final, su trabajo se verá recompensado en forma de victoria en cada partido. Eso sí, siempre creeremos en ellos y les animaremos como hoy, por mucho que hayan perdido. Hemos obtenido una medalla de plata que para mí sabe a oro. Y sabe a oro, porque se que no ha sido fácil lo que han hecho por jugar esa final. Y para mí, son campeones en corazón y en hacer que un país en dos semanas se haya olvidado de muchos problemas, siendo feliz viendo un partido de la selección en el Europeo de Balonmano.