jueves, 24 de marzo de 2016

"El mundo de hoy; Autorretrato de un reportero"

Se trata de un libro muy apasionante del reportero polaco, Ryszard Kapuscinski. Un libro que cuenta con una visión de la realidad totalmente distinta a la que se nos ha ofrecido siempre. Perspectivas sobre el mundo, perspectivas basadas en la reflexión de muchos viajes de Ryszard con el objetivo de plasmar las identidades que caracterizan a unos y otros. Realidades que siempre nos han intentado esconder. Las mayores verdades contadas por un profesional que siempre amó este bello oficio. 

"Si nos paramos a pensar en que somos seis mil millones de seres que hablan cientos de lenguas y profesan las más diversas religiones, que tienen un sinfín de culturas, de tradiciones y, sobre todo, de intereses (a menudo, encontrados); si además reparamos en lo inmensa que es la injusticia de este mundo, la verdad es que la mayor victoria colectiva de la humanidad radica en el hecho de que todavía existimos".

"El hoy limitado consumo de petróleo entre sesenta y setenta millones de barriles diarios, se debe al ritmo lento del desarrollo del Tercer Mundo. Pero si este desarrollo se acelera, sobre todo el de China, si Rusia se sube al mismo tren, si se acelera el de la India como parecen señalar todos los indicadores actuales, la demanda de petróleo se disparará y entonces aquel que controle esta zona zona del mundo -Afganistán y toda la región de los mares- Negro y Caspio, será dueño y señor de las fuentes que impulsan toda la civilización contemporánea. Por eso, la lucha que allí se lleva a cabo en el presente no sólo tiene importancia para el mundo de hoy, sino también para el futuro".

"Temo a un mundo sin valores, sin sensibilidad, sin reflexión. Un mundo en que todo es posible. Porque entonces lo que se convierte es lo más posible, es el mal".

"Ya en 1912, Bronislaw Malinowski advirtió que el de las culturas no es un mundo jerarquizado (una auténtica blasfemia a los ojos de todo eurocéntrico), que no existe cosa tal como una cultura superior y otra inferior, que todas, aunque diferentes, están en pie de igualdad. Sus conclusiones cobran fuerza hoy en día, en este mundo nuestro tan polifacético y diversificado cuyas culturas se penetran y entrelazan cada vez más. El reto consiste en lograr que sus relaciones no se fundamenten en principios de dependencia y subordinación, sino de entendimiento mutuo y de diálogo entre iguales. Sólo entonces daremos una oportunidad a que la buena fe y la voluntad de comprender al otro triunfen sobre todos los odios y conflictos que sacuden a la familia humana. En mi diminuto, microscópico, campo de trabajo de reportero, me gustaría aportar un granito de arena a este triunfo. Por eso escribo".

"Aquella experiencia me insufló moral. Me hizo ver que escribir era arriesgarse y que, el fondo, no importaba tanto el hecho en sí de que se publicara un trabajo, como las consecuencias que se seguían. Cuando uno opta por describir la realidad, su escritura influye sobre esa realidad". 




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